Existe en el mes de Abril, una noche
diferente a cualquier otra. Una noche cargada de misterio,
donde todo es posible, donde lo mas
grotesco puede suceder. Una noche donde incluso, los
muertos, pueden llamar a nuestra
puerta. Es la noche de Walpurgis ¡¡¡
Desde el ocaso del 30 de Abril, hasta
el alba del 1 de Mayo, mientras las sombras sean las dueñas
del mundo, ellas, las adoradoras del
maligno, las hijas de Satán, las brujas, serán las autenticas
dueñas de las tinieblas. No en vano,
esta noche celebran su segundo Gran Sabbat del año, en el
que rendir pleitesia a su maestro, y
renovar sus fuerzas y energías. Si amparado en la oscuridad,
algún incauto quisiera espiarlas en
sus monstruosos banquetes y deleznables ritos, le aconsejamos
que se desplace hasta la sierra del
Harz en Alemania, y que ascienda a su cumbre mas alta, el
monte Brocken , ya que es este uno de
sus lugares mas sagrados. A pesar de todo, si ellas han
tenido la precaución de untarse con el
polvo del aquelarre, el helecho, es posible que no puedan
verlas, ya que merced a uno de sus
hechizos, se habrán convertido en invisibles a nuestros ojos.
Y seria una autentica pena, porque se
privarían de un espectáculo extraordinario, si tenemos por
ciertas todas las tradiciones y
leyendas que sobre estas reuniones de hechiceras se han contando.
Antes de que el sol despunte por el
horizonte, las brujas darán por concluida la macabra velada y
marcharan cada una a su lugar, a poner
en practica todo lo aprendido, con las fuerzas recién
renovadas, hasta su próximo Sabbat.
Sin embargo, no siempre ha sido así.
Hubo un tiempo en el que esta noche, siendo igualmente
mágica era muy diferente. Eran otros
los oficiantes, porque eran otros los dioses. Era un mundo
distinto al nuestro, porque era otra su
concepción del universo y de la naturaleza, era el mundo de
Los Celtas. Y es que el escenario
planteado al inicio, es una concepción perversa del cristianismo,
de unos ritos que hundían sus raíces
en la noche de los tiempos,y que tenían que erradicar a toda
costa, si no eliminándolos, si
distorsionándolos y dándoles un cariz maligno, para alejar a las
gentes
de ellos.
Los pueblos celtas se regían por un
calendario lunar, y era precisamente esta noche, la del 30 de Abril,
cuando rendían culto al dios Belenos, dios del fuego , de la luz y
del sol. No era esta una
fecha escogida al azar, pues los sabios
druidas, sabían que en este momento, el mundo cambia de su
época fría a su época cálida, un
logro sin duda del gran dios al que tenían que honrar con todo
tipo de rituales, para agradecer sus
bondades, y favorecer la estación benefactora.
Poco se sabe de estos rituales, pero
cuentan, que los druidas participaban activamente plantando
ramas en huertos y establos. Ramas
ritualizadas para favorecer sin duda las cosechas y la multi_
plicación de los animales. Sin embargo
era durante la noche cuando los actos cobraban mayor
relevancia. Cada poblado celta prendía
una hoguera, con la cual romper la oscuridad de la noche,
simbolizando la victoria de Belenos. Y
con su humo purificador fumigar toda la aldea y a todos
los habitantes, que en un ambiente
festivo y de gran gozo no dudaban en saltar sobre la misma
para impregnarse mejor del halo
beneficioso del dios.
Fué santa Walpurgis de Heidenheim, una
monja inglesa emigrada a Alemania, el instrumento del
que se sirvió la iglesia para intentar
cristianizar estos ritos paganos. Cuenta una leyenda, que el
mismísimo diablo, por arte de magia
traslado a Walpurgis a lo alto del pico Brocken, para que con
sus propios ojos presenciase un macabro
aquelarre, y que era tanta la santidad de la monja que casi
convierte al propio Satanás. Nacida en
el 710, y muerta en el 778, fue sepultada en el año 871 en
la iglesia de la santa cruz, en
Eishstadt el 1 de Mayo. Dándonos a entender, que los primeros rayos
del sol del día de santa Walpurgis,
ahuyentan al maligno y sus huestes brujeriles, que han de batirse en
retirada. Sea como fuere, la estrategia surtió, almenos en parte, el
efecto deseado, y tan singular
noche es conocida desde entonces como
la noche de walpurgis.
Un momento del año, que fue especial
también para otros pueblos, como el romano, ya que creían
que este, era un momento especial,
donde los dos mundos el de los vivos ,y el de los muertos
podían entrar en contacto, y fundirse,
siendo una noche de gran influencia mágica.
Creencias de unos y otros que han
encontrado la forma de llegar hasta nuestros días en un extraño
sincretismo que cada cual a entendido a
su manera. Sea como fuere, que esta mágica noche les sea
propicia, sea cual sea su forma de
encararla.
Esto demuestra que en la mayoría de ttradiciones y fiestas que celebramos estan presentes los dioses que en en otros tiempos eran adorados. Resistieron, a pesar de todo...
ResponderEliminarMuy interesante, hay información k no conocia, me pondré a investigar, gracias
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